El bosque de la Pardina del Señor o de la Pardina Ballarín,
en Fanlo, está considerado uno de los 12 bosques españoles más bonitos para
visitar en otoño. Es una parte de las selvas que se extienden en el valle del
Chate o del Xalle, como también se le conoce, en donde la magia está al acecho.
Pero cualquier momento resultará inolvidable (sobremanera en otoño), también en
el invierno, cuando el frío y la nieve suman su silencio.
La renovación de parte del trazado del sendero de Gran Recorrido GR 15 o Senda
Prepirenaica, ahora en su condición de Sendero Turístico de Aragón, hace que
este itinerario atraviese este maravilloso bosque en dirección a
Buesa, para continuar hasta Broto. Unimos así los valles de Vio y de Broto.
Se trata de una etapa de
algo más de 18 km, en la que invertiremos casi 6-7 horas de caminata (con
paradas). La ruta arranca de la oficina de turismo de Fanlo, a la entrada de la
pequeña localidad (junto a la carretera a Nerín, Escalona,…), desde donde hay
que seguir unos 800 m en bajada porla carretera hacia Sarvisé, hasta encontrar
la señal del GR15 hacia Buesa que indica el camino a tomar hacia Buesa y Broto,
a la derecha (hay que bajar unas escaleras de madera) mayoritariamente entre
pinos, el sendero baja rápido, en lazadas, hacia el lecho del río Chate, que alcanza
al lado de una bonita y preciosa poza azulada. Nada más
cruzar el cauce, una señal nos advierte que el bosque por el que vamos a
transitar es de propiedad privada, por
lo que no hay que salirse del sendero señalizado. A partir de aquí, las
especies caducifolias son las protagonistas: hayas, principalmente, junto a las
que crecen arces, abedules, avellanos, serbales de los cazadores, tilos, álamos
temblones, cardoñeras, majuelos, olmos de montaña, fresnos... y, cada vez más
visibles, robles, encontrando un ejemplar monumental junto al muro de una antigua
faja de cultivo, pues el bosque estuvo dedicado a la explotación agrícola-ganadera
y, sobre todo, maderera hasta los años 50 del pasado siglo. En realidad, excepto
algunos ejemplares, es un bosque recuperado en un tiempo relativamente corto.
No faltan tampoco los pinos silvestres y algunos abetos, además de ejemplares de
acebo y abundante boj, al que se agarran los líquenes con un aire fantasmal. El
camino empieza a remontar la ladera meridional del Pueyo Ballarín o Punta
Trallata. Cruza el barranco Lana d’as Bracas y, algo más adelante, el d’Ixos,
por los que el agua se desliza formando pequeños saltos. Tras una subida, se
alcanza el paraje de la Cruceta, desde donde el itinerario inicia un llaneo
orientado al solano, llegando, a la hora y media, aproximadamente, a la
arruinada pardina Ballarín o del Señor, un conjunto de instalaciones desde
donde se explotaba el monte, y sobre las que se localizan las ruinas de una
ermita de origen románico. La senda desciende ahora a cruzar el barranco A
Casa, llegando a un hayedo en el que destaca algún ejemplar de grandes
dimensiones, superviviente de las antiguas talas. Es un trecho de camino
espectacular, la mejor despedida del bosque del Señor, pues tras una loma, el sendero
se interna en tierras de Broto. Poco a poco, robles y quejigos ganan
protagonismo. La ruta deja atrás unas bordas enzarzadas y se adapta a la ladera,
atravesando sucesivas vaguadas. Más adelante, pasa junto a la Fuen Cubillata y
llega a las bordas de San Esteban, pertenecientes a los vecinos de Buesa, pero
cuyo origen fue un antiguo despoblado (aquí acabamos nuestro recorrido de ida y
ya nos volvimos porque solo disponíamos de un coche que habíamos dejado en
Fanlo).
Se continúa luego hacia la fuente Baño,
un manantial de agua sulfurosa, muy concurrido antaño por sus propiedades
curativas. Entre pinos y robles, bajo el altozano donde se localiza la ermita
de la Virgen de Bun, se alcanza Buesa por el barrio de la Iglesia. Desde este
pequeño núcleo, cruzan-do varias veces la carretera y enlazando con la
nacional, se finaliza en Broto, uno de esos pueblos montañeses por antonomasia.



No hay comentarios:
Publicar un comentario